Asignar responsabilidades a los hijos, con lo que conlleva de confianza, puede ser un recurso muy válido para hacer aflorar nuevas conductas más positivas en el hijo.
Algunos padres lo hacen con esa intención. Pero incluso aquellos que se han visto en la necesidad de asignar responsabilidades a un hijo problemático, han obtenido en general resultados muy positivos.
Asignar responsabilidades a los hijos
Asignar responsabilidades a los alumnos, cuando algunos de ellos son problemáticos reciben la confianza del profesor, su actitud suele cambiar. Si el profesor delega en ese alumno concreto una determinada función, puede que no tarde en notar algunos cambios significativos en su conducta. Puede encargarle cuidar de la clase a un chico nuevo, formar en algún conocimiento específico a los demás, preparar un tema que domine especialmente para explicárselo a sus compañeros.
Dar responsabilidad a un niño al que se le asigna una tarea de cierta importancia, recibe un mensaje muy importante: “Te necesito. Tú puedes hacerlo bien. Eres responsable. Confío en ti”. Además se le está brindando una oportunidad excepcional de ponerse en el lugar del otro, bien sea del profesor, de los padres, o de los compañeros. Esto contribuye también a desarrollar su empatía.
Un padre debe dar a su hijo diferentes tipos de refuerzos
Dado que la aplicación de refuerzo es una herramienta que nos permite moldar la conducta, conviene hacer una revisión de los principales refuerzos, deteniéndonos en aquellos que sena especialmente significativos para nuestros hijos.
- Refuerzo directos de los padres: Abrazos, besos, caricias, miradas, risas, alabanzas y atención.
- Actividades y entretenimientos: Lectura de cuentos, televisión, vídeos, música, magia, Internet, juegos de mesa…
- Manualidades: Dibujo, pintura, construcciones, arcilla, pasta de modelar, maquetas, modelos.
- Salidas y actividades sociales: Invitar o ir a casa de un amigo, visitar a algún familiar, parque, columpios, zoológico, parque de atracciones…
- Compras: Pastel, golosinas, helados, regalos, juguetes, ropa nueva, libros, etc.
La eficacia del refuerzo dependerá en gran medida de la educación del mismo a su edad, características, necesidades, motivaciones e intereses.
Con las responsabilidades de los hijos y con el refuerzo de los padres se puede llegar a obtener en corto plazo, resultados muy excepcionales en toda la familia.