En el artículo de hoy, veremos que hacer si tu hijo no quiere dormir solo, que para muchos padres es una situación complicada, pero que con los siguientes consejos que os damos podrás afrontar.
Algunos niños cuando llega la hora de dormir y de acostarse en la cama no ven nunca el momento de ir, esto puede deberse a que no tienen sueño o en ocasiones por que tienen miedo.
Que hacer si tu hijo no quiere dormir solo
Recuerda, si el niño dice que tiene miedo, no hace teatro ni finge: realmente tiene dificultades para quedarse dormido. Es verdad que cuando dejas de reforzar un comportamiento de tu hijo, la conducta acabará por no producirse, pero eso no quiere decir que, en un principio, el comportamiento no fuera espontáneo.
Lo que tienes que hacer cuando tu hijo no quiere dormir solo es establecer rituales para acostarle: En esta edad, el universo mágico forma parte aún de su funcionamiento psíquico. La realidad extraña se mezcla con su realidad interior, plagada de genios y hadas que tienen poderes y pueden dirigir a los humanos.
Otra de las cosas que hacer cuando tu hijo no quiere dormir solo en su cama son los rituales, ya que ayudan a devolverle sensación de control: un baño antes de dormir, unas frases que se repitan todos los días a la misma hora susurradas al oído o el buenas noches a su mascota tienen virtudes tranquilizadoras.
En cuanto tenga sueño, llévalo a la cama. Cuando veas los primeros síntomas de sueño (bostezos, parpadeos excesivos), acompáñalo a la cama, él intentará postergar el momento, pero esa misma táctica realimenta el problema, porque se acabará metiendo en la cama cuando el sueño ya ha pasado, y eso acrecentará el insomnio. La regularidad es muy importante para convertir el sueño en un hábito.
No lo castigues nunca mandándolo a la cama. Si haces eso, establecerá la relación cama-aburrimiento en vez de la relación cama-sueño. Además, acrecientas la idea de que la cama es el lugar al que va solo, sin ti.
Lo que tienes que hacer si tu hijo no quiere dormir es todo lo contrario, ve con él, y si ves que no se encuentra muy sosegado, ayúdale a tranquilizarse. Tócalo, acaríciale, dale la mano… El sentido del tacto es esencial para luchar contra los miedos nocturnos.
Y sobre todo: ayúdale a entender lo que está pasando. Tu hijo tiene que comprender dos cosas: que sabes que es difícil aprender a dormir solo y que el aprendizaje merece la pena porque así todos seremos más felices. Explícaselo en su lenguaje.